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Síndrome del Intestino Irritable (SII): La comprensión del microbioma y los probióticos como nuevo enfoque terapéutico

Irritable Bowel Syndrome (IBS): How our Microbiome and Probiotics Can Help

Introducción al síndrome del intestino irritable (SII)

El síndrome del intestino irritable (SII) es un trastorno gastrointestinal funcional prevalente y a menudo debilitante que afecta a un gran número de personas en todo el mundo. A pesar de su frecuente incidencia (10-15%), de los importantes costes sanitarios (hasta €1600) y del considerable impacto en la calidad de vida, la comprensión de la etiología del SII ha sido históricamente limitada. Sin embargo, los últimos avances han arrojado luz sobre el papel crucial de los factores microbianos en la fisiopatología del SII, lo que ha suscitado un creciente interés por explorar el microbioma, sobre todo teniendo en cuenta que los tratamientos actuales no siempre resultan eficaces, lo que pone de manifiesto una necesidad insatisfecha.

Laevolución de la comprensión del SII
Clásicamente, el SII se consideraba una forma prototípica de disfunción del eje intestino-cerebro. Se pensaba que la falta de comunicación entre la señalización neuroendocrina y los nervios efectores (nervios que forman parte del sistema nervioso y que transportan señales desde el sistema nervioso central (el cerebro y la médula espinal) a diversas partes del cuerpo con el fin de provocar una respuesta) dentro del tracto gastrointestinal, causada por factores de estrés psicosocial, provocaba hipersensibilidad visceral y alteración de la motilidad (los movimientos del sistema digestivo, concretamente las contracciones de los músculos del tracto gastrointestinal (GI)). Sin embargo, este modelo se considera ahora demasiado reductor. Nuevas pruebas sugieren la implicación de factores adicionales, como la exposición a estímulos ambientales como los alimentos, las infecciones, el tratamiento con antibióticos y otros acontecimientos psicosociales. Estos factores, combinados con predisposiciones genéticas y cambios epigenéticos, pueden provocar modificaciones en la función de la barrera intestinal epitelial, causando un aumento de la permeabilidad, el paso excesivo de antígenos y toxinas, y la activación de respuestas inmunitarias y neuroendocrinas tanto intestinales como cerebrales.

gut brain axis

La cadena de acontecimientos que conducen a los síntomas del SII
Esta combinación de acontecimientos desencadena una inflamación no infecciosa de bajo grado y cambios en la composición y la función del microbioma intestinal, que en última instancia conducen a una producción secretora y sensoriomotora inapropiada en el intestino, causando los síntomas clásicos del SII. Las pruebas clínicas demuestran que la aparición del SII suele ir precedida de infecciones gastrointestinales, independientemente de si son causadas por infecciones bacterianas, víricas o parasitarias. Esto sugiere la posible implicación de la disbiosis en su patogénesis. La disbiosis (desequilibrio en las comunidades microbianas) también puede ser el efecto de la activación inmunitaria tras una infección gastrointestinal, lo que provoca cambios en la motilidad. Con la disbiosis se producen cambios viscerales y una mayor permeabilidad intestinal, lo que provoca más síntomas de SII o su exacerbación.

Fig. 1. Hipótesis microbiana en el síndrome del intestino irritable (Pimentel y Lembo, 2020)

La importancia de los microorganismos en la motilidad intestinal

Existen pruebas adicionales que demuestran que la presencia de microorganismos en la luz intestinal es fundamental para el correcto funcionamiento de la motilidad en el tracto gastrointestinal. La serotonina, producida por las células enterocromafines intestinales, y la histamina, producida por los mastocitos de la mucosa, afectan a la inflamación y a la integridad de la barrera intestinal. La serotonina también está implicada en la hipersensibilidad visceral. Se ha informado de que los mastocitos, como barreras de primera línea entre el huésped y el entorno externo, aumentan en número y nivel de activación en la mucosa intestinal de los pacientes con SII en comparación con los controles sanos.

El papel de la palmitoiletanolamida (PEA) en el tratamiento del SII

Aquí es donde la PalmitoilEtanolamida (PEA) se convierte en un ingrediente importante para el Apoyo de Darmbiomix, ya que ayuda a amortiguar la respuesta inmunitaria provocada por los mastocitos. Un estudio realizado por Cremon et al., en el que participaron 54 pacientes con SII y 12 controles sanos de cinco centros europeos, demostró que los pacientes con SII presentaban un mayor recuento de mastocitos en la mucosa y niveles alterados de ciertos ácidos grasos y receptores cannabinoides en comparación con los controles. Aunque el tratamiento no modificó significativamente el perfil biológico del SII, incluido el recuento de mastocitos, la palmitoiletanolamida/polidatina mejoró significativamente la intensidad del dolor abdominal en comparación con el placebo, lo que sugiere los efectos terapéuticos de la PEA para ayudar a los pacientes con dolor en el SII. El microbioma intestinal parece modular la producción de serotonina, lo que sugiere otro posible mecanismo por el que el microbioma intestinal puede afectar al eje intestino-cerebro y contribuir potencialmente a los síntomas del SII.

Chemical structures of palmitoylethanolamide (PEA). | Download Scientific  Diagram

El microbioma intestinal: Un órgano olvidado

gut microbiome

Considerado por algunos como un órgano olvidado, el microbioma intestinal comprende unas 400 especies y supera con creces el número de células de todos los demás órganos juntos. Las bacterias comensales son necesarias para una digestión saludable, ya que producen enzimas y metabolitos que ayudan al organismo a absorber nutrientes y vitaminas esenciales. La presencia de bacterias también es importante para el desarrollo y funcionamiento normales del sistema inmunitario intestinal, que debe ser tolerante a los antígenos alimentarios y a las bacterias comensales, pero también capaz de responder a los patógenos. Las bacterias comensales contribuyen al mantenimiento de la homeostasis intestinal secretando bacteriocinas, proteínas que inhiben las toxinas bacterianas, y ácidos grasos de cadena corta que mantienen una defensa agresiva contra la colonización por intrusos no comensales. Al competir por los recursos y ocupar distintos nichos de colonización, el microbioma comensal impide que los organismos patógenos se afiancen en el ecosistema del microbioma intestinal.

Diferencias cuantitativas y cualitativas en el microbioma intestinal de los pacientes con SII

El microbioma intestinal parece desempeñar un papel importante en el SII, ya que se han observado diferencias cuantitativas y cualitativas en pacientes con SII en comparación con individuos sanos. Por ejemplo, se ha asociado una mayor magnitud de inestabilidad del microbioma intestinal con una mayor intensidad de los síntomas en algunos pacientes con SII. Asimismo, algunas características clínicas del SII (por ejemplo, distensión abdominal, saciedad, alteración del tiempo de tránsito) se han asociado con perfiles específicos de la microbiota intestinal en pacientes con SII.

Lista de los principales mecanismos patogénicos del SII en los que interviene el microbioma

Alteración de la barrera intestinal: La alteración de la integridad de la barrera epitelial intestinal permite una mayor permeabilidad intestinal, permitiendo la translocación de microbios y componentes microbianos a través del epitelio. Esta exposición del sistema inmunitario de la mucosa a los microbios y antígenos luminales provoca respuestas inflamatorias aberrantes que median en los síntomas. En el SII se han descrito defectos estructurales y funcionales de las proteínas de la unión estrecha que contribuyen a esta alteración de la barrera.

image of the intestinal cells and the tight junctions which are proteins that keep the barrier function of the gut intact

Respuesta inmunitaria aberrante: La mucosa intestinal de los pacientes con SII presenta una activación inmunitaria, detectable a través de una mayor producción de citoquinas proinflamatorias. Esta inflamación de la mucosa puede deberse a la estimulación inmunitaria directa por microbios translocados o a la activación indirecta por antígenos microbianos. Las respuestas inmunitarias parecen estar sesgadas hacia las vías proinflamatorias en el SII. La hipersensibilidad visceral, es decir, una mayor percepción del dolor en el intestino, también está asociada a la activación inmunitaria de la mucosa, lo que contribuye a los síntomas de dolor abdominal.

Mimetismomolecular: El mimetismo molecular entre los antígenos microbianos y las proteínas del huésped puede provocar respuestas inmunitarias reactivas cruzadas debido a la homología estructural o de secuencia entre un epítopo bacteriano y el antígeno propio. Este mimetismo bacteria-huésped induce reacciones autoinmunes dirigidas a las células y tejidos del huésped, perpetuando así la inflamación y el daño tisular. Los anticuerpos formados contra la toxina distensora citoletal bacteriana B, por ejemplo, pueden producir una reacción cruzada con la proteína del huésped vinculina y alterar la función nerviosa intestinal.

Ejecerebro-intestino: La microbiota intestinal interactúa bidireccionalmente con el sistema nervioso central y el sistema nervioso entérico a través de vías de señalización neuronal, endocrina e inmunitaria en el eje intestino-microbiota-cerebro. Los metabolitos microbianos, como los ácidos grasos de cadena corta, pueden modular la neurotransmisión o inducir cambios epigenéticos que alteren la señalización nerviosa. El estrés también puede modificar la composición y la función de la microbiota a través de sus efectos sobre la motilidad gastrointestinal, las secreciones y la permeabilidad epitelial mediada por el eje hipotálamo-hipófisis-suprarrenal.

Cambios epigenéticos: Los metabolitos microbianos, especialmente los ácidos grasos de cadena corta como el butirato, pueden inducir cambios epigenéticos al inhibir las histonas desacetilasas. Esta inhibición provoca la hiperacetilación de las histonas, regulando así la estructura de la cromatina y la transcripción de los genes. Al modificar los procesos epigenéticos que controlan la expresión génica del huésped, los metabolitos microbianos pueden contribuir a los cambios intestinales y neuronales subyacentes al SII.

Recomendaciones para tratar el SII

Aunque el SII no aumenta las tasas de mortalidad, está relacionado con una mayor morbilidad. Las evaluaciones de la calidad de vida revelan que las personas con SII generalmente experimentan una calidad de vida inferior en comparación con la población en general y con las personas que padecen diversas enfermedades físicas crónicas. Esto plantea una necesidad insatisfecha sostenida para el SII a pesar de los diferentes tratamientos recomendados. Poder presentar nuevos productos que se sumen a los posibles tratamientos aceptados debería ser un objetivo común para contribuir a la mejora del bienestar general y la calidad de vida de los individuos que viven con SII. En este blog hemos delineado los distintos tipos de tratamientos aconsejados. Centrándonos en el ángulo del microbioma, los probióticos se convierten en un área muy interesante de la terapia para el SII.

Probióticos: Un tratamiento prometedor para el SII

Los probióticos pueden mejorar los síntomas del síndrome del intestino irritable (SII) a través de varios mecanismos:

  1. Restauración del equilibrio microbiano: El SII se asocia a menudo con disbiosis, un desequilibrio en la microbiota intestinal. Los probióticos introducen bacterias beneficiosas en el intestino, lo que puede ayudar a restablecer un equilibrio saludable de microorganismos. Este restablecimiento puede aliviar los síntomas comunes del SII, como la hinchazón, los gases y el malestar.
  2. Mejora de la función de barrera intestinal: Los probióticos pueden fortalecer la barrera intestinal, reduciendo la permeabilidad intestinal. Una barrera intestinal más fuerte impide que sustancias y bacterias nocivas entren en el torrente sanguíneo, lo que puede reducir la inflamación y aliviar los síntomas del SII.
  3. Modulación del sistema inmunitario: Los probióticos pueden influir en la respuesta inmunitaria del intestino. Pueden ayudar a reducir la inflamación de bajo grado que a menudo se observa en el SII, lo que puede aliviar el dolor y las molestias.
  4. Regulación de los movimientos intestinales: Los probióticos pueden ayudar a normalizar los movimientos intestinales. En los casos de SII con diarrea (SII-D), ciertas cepas probióticas pueden reducir la frecuencia y mejorar la consistencia de las heces. Por el contrario, en el SII con estreñimiento (SII-C), pueden ayudar a aumentar la frecuencia de las deposiciones y ablandarlas.
  5. Reducción de la hipersensibilidad visceral: Algunos probióticos pueden reducir la hipersensibilidad visceral, una afección en la que los nervios del intestino se vuelven excesivamente sensibles, causando dolor. Al reducir esta sensibilidad, los probióticos pueden disminuir el dolor abdominal asociado al SII.
  6. Producen metabolitos beneficiosos: Los probióticos pueden producir ácidos grasos de cadena corta (AGCC) y otros metabolitos beneficiosos para la salud intestinal. Estos metabolitos pueden mejorar la motilidad intestinal, aumentar la absorción de nutrientes y favorecer la salud digestiva en general.
  7. Alivio de los síntomas psicológicos: Cada vez hay más pruebas del eje intestino-cerebro, en el que la salud intestinal influye en la salud mental. Los probióticos pueden ayudar a reducir los síntomas de ansiedad y depresión, comúnmente asociados al SII.

Un metaanálisis reciente que incluyó 15 ensayos controlados concluyó que los probióticos reducen las puntuaciones de dolor y gravedad de los síntomas. Otro estudio también muestra que un porcentaje significativamente mayor de pacientes que recibieron la combinación de probióticos informaron de un alivio adecuado del SII en comparación con el placebo (48% frente a 12%, p = 0,01 que informaron de un alivio adecuado durante > 50% de las semanas). La consistencia de las heces también mejoró significativamente con los probióticos frente al placebo.

Conclusión

El SII es un trastorno complejo con una patogenia polifacética en la que intervienen el eje intestino-cerebro, las respuestas inmunitarias y el microbioma intestinal. La comprensión de estos mecanismos abre nuevas vías de tratamiento, y los probióticos resultan muy prometedores para controlar los síntomas del SII y mejorar la calidad de vida de los pacientes. A medida que continúe la investigación, se espera que surjan terapias más eficaces y específicas, que ofrezcan esperanza a los afectados por esta difícil enfermedad.

Kristina Cueva

logo Linkedin pageA Kristina siempre le ha apasionado comprender las enfermedades y sus mecanismos subyacentes. Gracias a su formación en ciencias biomédicas, así como en salud pública y economía, Kristina comprende la carga que suponen las enfermedades para la sociedad. Esto la ayuda a entender las innovaciones necesarias para promover la buena salud que, en última instancia, reduce la carga de la enfermedad.

Referencias:

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